domingo, 14 de agosto de 2011

Aikidō

El aikidō (合気道、合氣道 "el camino de la energía y la armonía") es un gendai budō o arte marcial tradicional del Japón. Fue desarrollado inicialmente por el maestro Morihei Ueshiba (1883-1969), aproximadamente entre los años de 1930 y 1960.
La característica fundamental del aikido es la búsqueda de la neutralización del contrario en situaciones de conflicto, dando lugar a la derrota del adversario sin dañarlo, en lugar de simplemente destruirlo o humillarlo. El Aikido busca formar a sus practicantes como promotores de la paz.

Descripción general y filosofía

Las fuentes técnicas y tácticas principales desde las cuales Morihei Ueshiba desarrolló el aikido fueron el daitō ryū Aiki jujutsu (luxaciones, inmovilizaciones y proyecciones con base en la esgrima), el yagyu ryu kenjutsu (esgrima con sable) y el hōzōin-ryū sojutsu (lanza).
Filosóficamente, se basa en el omoto (‘gran origen’), una secta neosintoísta fundada a fines del siglo XIX por una mujer de nombre Nao Deguchi y propagada a comienzos del siglo XX por su yerno, Onisaburo Deguchi, la cual tuvo una influencia importante en el pensamiento de Ueshiba desde el año 1919.
El maestro Morihei Ueshiba concluyó que el verdadero espíritu de las artes marciales no debe centrarse en el combate o la competencia deportiva, sino en la búsqueda de la perfección física y mental del ser humano, a través del entrenamiento y la práctica continuada.
Basándose en la enseñanza de su creador, el aikido en general se niega a convertirse en un deporte competitivo y rechaza todo tipo de certámenes o concursos que incluyan las divisiones por pesos, las clasificaciones basadas en el número de victorias y la recompensa a los campeones, ya que estas cosas, entiende, sólo alimentan el ego, y a largo plazo, la falta de interés por los demás.
En las propias palabras de O-Sensei, definiendo los «Cinco Principios del Aikido» que estructuran su «núcleo», se aprecia la profunda espiritualidad y religiosidad de su pensamiento:
  1. Aikido es el camino que une a todos los caminos del universo por toda la eternidad, es la Mente Universal que contiene todas las cosas y unifica todas las cosas,
  2. El Aikido es la verdad enseñada por el universo y se debe aplicar a nuestras vidas en esta tierra;
  3. Aikido es el principio y el camino que unen a la humanidad con la Conciencia Universal,
  4. Aikido llega a su término cuando cada individuo, a través de su verdadero camino, se hace uno con el universo,
  5. Aikido es el camino de la fuerza y la compasión que lleva a la perfección infinita para una mayor gloria de Dios.
El método del aikido
El ki en el aikido
El concepto del ki es equivalente al chino chi o qì, el hinduísta prana o el griego pneuma y se traduce generalmente como «energía vital» o por analogías adecuadas a los diferentes contextos encontrados dentro de la practica, como "aliento" o "espíritu", intención emocional, tensión muscular, dinámica y alineación corporal con la dirección/ ángulo del ataque, etc.
El aikido trabaja con el concepto de ki awasé (来合わせ) o mezcla del ki de nage y de uke, ki awasé es asimismo la denominación de una serie de ejercicios en pareja con el bastón medio o jō, y con el de ki no musubi (気の結び), o conjunción del ki de ambos participantes. Se atribuye al maestro Kōichi Tōhei haber popularizado el uso del término a través de sus libros y conferencias y al maestro Morihiro Saito la práctica de ejercicios con sable para el Ki no Musubi.
El armónico fluir del ki en el cuerpo del aikidoka durante la realización de una técnica y la combinación del ki de ambos participantes se consideran objetivos esenciales de la práctica del aikido. El kiai es una exhalación sonora que es parte del fluir de la energía vital, una intención emocional durante la ejecución de una técnica. El kiai es igualmente usado en el arte marcial japonés del karate-Do.
Enfoque de la práctica
Aunque las técnicas del aikido pueden usarse como defensa personal ante cualquier posible agresión (el aikido es un arte marcial completo y eficaz, afirmó el maestro Kisshomaru Ueshiba); el fundador, el maestro Morihei Ueshiba no las creó solamente como parte de un método mas de lucha cuerpo a cuerpo. Su intención fue desarrollar un arte marcial capaz de integrar a la persona en todos sus aspectos: físico, mental y energético. Llegado el caso, el practicante buscara defenderse con proporcionalidad (dentro de lo indicado por la ley), con firmeza pero con serenidad, procurando mantener el respeto hacia si mismo, impidiendo que la propia rabia o miedo lleguen a dominarle.
En el aikido no se utiliza la palabra «enemigo»; se le dice oponente, compañero, o simplemente uke (‘el que es dirigido’, ‘el que ataca’, ‘el que se sacrifica’ para desarrollar la técnica), pues mientras se entrena, si la mente ve un contrincante en la persona que realiza el ataque, el sentido competitivo impedirá una respuesta respetuosa hacia él. Por esto en la gran mayoría de estilos de aikido no hay competiciones que enfrenten un aikidoka contra otro.
Nage (de lanzar, proyectar, el que lanza), llamado en algunas escuelas tori (defensor), o sea quien realiza la técnica, busca evitar que, por descuido, rabia o descontrol, se inflija más daño sin sentido al uke. Los practicantes debemos ser conscientes de la responsabilidad que adquirimos al aprender técnicas de origen marcial, muchas de ellas potencialmente letales para nuestros compañeros. La persona que entrena aikido asume que desea cultivar sus capacidades para mejorar su calidad de vida, no para maltratar a quien se le ponga por delante.
Siendo de personas inteligentes saber apreciar lo que piensan o sienten los demás, un aikidoka nunca menospreciará a su oponente, pues él/ ella / ellos le da la oportunidad de desarrollar su propio crecimiento personal. Se podría decir que uke es como un espejo para nosotros, el estado físico y psíquico en el que dejamos a nuestro compañero al acabar la técnica nos indicará en que estado estábamos nosotros. Dependiendo del grado de control que tengamos en nuestro cuerpo y nuestras acciones, dependerán los resultados.
Entre aikidokas experimentados siempre surge la duda si la filosofía del aikido es la que crea las técnicas, o es al revés; las técnicas llevan a la filosofía. Las dos razones son ciertas: al principio, cuando accedemos al aikido ignorando su espíritu, las técnicas nos hacen comprender que hay formas más armoniosas de defenderse que simplemente golpeando con saña al agresor. Con el tiempo, sin embargo descubrimos que la persona no necesita, ni desea realmente hacer daño a los demás para protegerse, así que es una opción personal comportarse de forma violenta. Comprendemos que las técnicas de aikido contienen el espíritu de la Paz, puesto que nos educa el instinto primario de la agresividad. Al conseguir llegar aquí, el aikidoka se esfuerza porque las técnicas contengan el grado máximo de armonía.
Otro aspecto relevante en la práctica de este Arte es el hecho de experimentar los dos papeles, atacante y defensor con el mismo ánimo, desde una perspectiva no solo de aprendizaje técnico, sino también como una experiencia que forma nuestro carácter. El papel de nage, no es más importante que el de uke, bien al contrario se cree que si no desarrollamos primero la actitud de un uke que ataca de manera sincera, sin dudar; no se podra llegar a ser unos buenos nage. Esto es así debido a la particular forma de las técnicas de aikido, que buscan convencer antes que dominar, lo cual nos obliga a entender que le ocurre a uke cuando le realizamos una técnica.
Enfoque del aprendizaje
A diferencia de la gran mayoría de artes marciales tradicionales o modernas, y deportes de combate, que buscan condicionar o mecanizar los diferentes gestos de defensa y ataque, el aikido busca despertar nuestra conciencia reprogramándonos física, mental y emocionalmente hacia un proceso de continua creación. Por esto el maestro Mitsugi Saotome afirma: "El aikido busca la educación de nuestro instinto agresivo"; entrenando nuestra percepción, desarrollando nuestra decisión, dando lugar a una ejecución / neutralización adecuada. Por esta razón se comienza por las tomas de muñeca, los agarres y retenciones para dar lugar a los agarres en movimiento, a los ataques tipo te- gatana o de mano sable; luego se dan los ataques armados tradicionales (sable, sable de madera, puñal, porra, lanza corta). Posteriormente se permiten los ataques en solitario con puñetazos, patadas, estrangulaciones así como sus combinaciones. Y finalmente se llega a las respuestas frente a uno o más oponentes. Permitiendo así el acercarse a la "realidad" del conflicto de manera progresiva, segura y gradual. Todas estas etapas del aprendizaje, se realizan dentro del marco/ patrón cíclico de la metodología 'kaisen' o de repetición - observación - análisis - retroalimentación - ejecución- repetición, en búsqueda del mejoramiento continuo, la cual es usada asimismo en el marco de las artes marciales japonesas tradicionales formativas o gendai budo. Como el kendo, el karate do, el kobudo, el kyudo y el judo.
Respecto a la táctica (desplazamientos y ubicación corporal respecto al opuesto(s); esta es fundamental en el aikido, pues se busca absorber y recanalizar la energía/ inercia, mientras que a la vez se evita el/(los) ángulo(s) de ataque del opuesto por: anticipación, encuentro o anclaje, y/o dispersión. Dentro de círculos y espirales de movimiento conjunto.
Las técnicas del aikido se desarrollan teniendo en cuenta los aspectos en común entre sí mismas, de manera simultánea con la táctica; además de aplicar un acondicionamiento físico diferente al estar basado en la relajación, la alineación corporal, los giros, las torsiones y extensiones, además del desarrollo de una tensión dinámica muy específica. Logrando una fusión sincronizada de las trayectorias de ataque y defensa dentro de circuitos horizontales, verticales o diagonales de movimientos en elipse, circulares y/o en espiral. Esta es la razón fundamental por la cual se califica y critica al aikido como demasiado sofisticado, demasiado suave, algunas veces como complicado, y poco práctico de aprender y aplicar a corto plazo, ya que es necesario el desarrollo de una gran percepción física y emocional, además de mucha práctica constante para aplicarlo efectivamente en situaciones de defensa personal; en comparación a los requerimientos en materia de relajación, sensibilidad y percepción interna de varios de los deportes de contacto.


Shomen Uchi Nikyo (omote, ura)


* Agradecimiento también a Esteban Begara, sensei y amigo del Gimnasio Balboa, que me está ayudando a iniciarme en este noble arte marcial. Seguiré entrenando para mejorar día a día y que mi sensei se sienta tan orgulloso como el alumno se siente de pertenecer al dojo y de recibir sus enseñanzas. No existe graduación, color o cinturón que pueda demostrar el agradecimiento y el respeto que tengo a las personas con las que comparto tatami.

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