Osos en peligro de extinción
El hecho de que la mayoría de los osos están en peligro de
extinción o en estado vulnerable significa que la sociedad debe
replantearse sus propias acciones. Los motivos por los que los osos
están en la lista de animales en peligro de extinción son, entre otras
cosas, el hecho de que su medio ambiente está siendo destruido y la caza
ilegal. El endurecimiento de las leyes debe aplicarse en estas áreas donde viven los osos, de manera que el número de estos animales pueda aumentar, en lugar de bajar, como pasa en estos momentos.
Incluso
cuando algunos países cuentan con leyes sólidas, esto no resulta
suficiente si no se aplican adecuadamente. Se necesita gran cantidad de
dinero y mano de obra para impedir que empresas con grandes cantidades
de dinero tengan la posibilidad de comprar una propiedad y usarla con
fines de lucro donde los osos la utilizan para prosperar.
En algunos países también resulta difícil conseguir el dinero
suficiente para pagar la aplicación de la ley y dar seguimiento a todas
las posibles pistas de cazas furtivas o ilegales. El riesgo de ser
atrapado, con frecuencia, es mucho menor que los beneficios que puede
traer la participación en esta. Es por esto que, tantas personas,
especialmente en zonas pobres económicamente desarrollados, continúan
tomando parte en ella.
Los números son evidentes. Según la UICN (Unión Internacional para la
Conservación de la Naturaleza), sólo dos de las ocho especies de osos
existentes tienen una población estable o en aumento.
Oso Pardo – Preocupación Menor, Estable Oso Polar – Vulnerable, Disminuyendo Oso Negro asiático – Vulnerable, Disminuyendo Oso Negro Americano - Preocupación Menor, Aumentando Oso Labiado – Vulnerable, Disminuyendo Oso panda gigante – En peligro, Disminuyendo Oso malayo – Vulnerable, Disminuyendo Oso de Anteojos – Vulnerable, Disminuyendo
El oso Panda encabeza la lista de los que tienen más probabilidades
de extinguirse. Sus hogares continúan siendo eliminados y se hace
demasiado difícil su reproducción y
cría en cautiverio. Como resultado, estamos perdiendo el número de la
población de estos osos al no ser capaz de darles una adecuada atención
para subirlos de nuevo. Sólo quedan alrededor de 1.600 osos panda en
estado salvaje, a pesar de los esfuerzos por su conservación.
Los osos polares están luchando por su propia supervivencia también.
Otro de los problemas a los que se enfrentan es el calentamiento global.
Con temperaturas más cálidas el hielo se está derritiendo, cosa que
necesitan para caminar y encontrar fuentes de alimento. Existen menos de 25.000 osos polares, muchos investigadores sostienen que el número es tan bajo como 20.000.
Existe una fuerte evidencia de que la población del oso malayo ha ido
disminuyendo en los últimos años. La rápida pérdida del hábitat y el
imparable comercio ilegal, confirma esta hipótesis.
El oso negro asiático ha registrado un descenso de su población en el
siglo pasado también. Aunque no existen estimaciones precisas de la
población de estos osos, los limitados avistamientos lo demuestran.
Aunque el oso labiado, no este etiquetado como en peligro de
extinción, está en camino. Ahora mismo se clasifica como vulnerable, a
sólo un paso de números alarmantemente bajos. Algunas estimaciones
entregadas por la UICN indican que quedan entre 10 y 20 mil individuos,
con una tendencia decreciente en la población.
La pérdida de cualquiera de estos osos se traduciría en un enorme
problema para los ecosistemas en los que viven. Otros animales dependen
de ellos a mantener el equilibrio. Si bien no tienen depredadores en
la naturaleza, la población de ciertos animales de los que se alimentan
aumentaría, lo que podría llevar a otros problemas. Los osos también
propagan semillas de árboles y plantas para ayudar al suministro de
alimentos para otros animales en la naturaleza.
Hay algunos grupos maravillosos haciendo todo lo posible para
proteger a los osos en peligro de extinción. Además de trabajar para
proteger las tierras y detener la caza, tratan de conseguir que el
público, en general, por se dé cuenta de los hechos acerca de los osos.
Existen varias historias sobre ataques de osos y lo agresivos que son en
la naturaleza, lo que hace más difícil que las personas tomen interés
en su protección.
El Oso Pardo Ibérico (Ursus arctos pyrenaicus)
El Oso Pardo Ibérico (Ursus arctos pyrenaicus)
Nos encontramos ante el animal terrestre más grande de nuestra fauna
ibérica, con un cuerpo tremendamente fuerte y donde los machos superan a
las hembras en peso casi en un 30%. No obstante, el oso pardo ibérico
es el más pequeño de todo el mundo, porque raramente podemos encontrar
indivíduos que superen los 180 kg (machos) o los 140 kg (hembras).
Aunque no por ello evitará que si nos topamos con ellos, nos encontremos
con especímenes de 2 m de altura, algo que sin duda impresiona.
El oso ibérico posee un pelaje que puede oscilar desde el color pardo
oscuro a un color crema pálido. Pero a su vez nos encontraremos con
unas patas coloreadas de forma más oscura.
El oso pardo es un plantígrado, que quiere decir que para andar apoya todo su peso sobre las plantas de sus pies, igual que los humanos. Además, es uno de los pocos animales capaces de ponerse a dos patas,
aunque sólo lo hace en determinadas ocasiones, como en las disputas por
las hembras o cuando se sienten amenazados. Por lo tanto, su forma
decaminar habitual es a cuatro patas.
Forma de vida:
La alimentación del oso pardo depende en gran parte de los frutos y
las partes más digeribles de las plantas (brotes y hojas tiernas), por
ello su hábitat ha de ser abundante en frutos de todo tipo y de
extensiones bastante amplias para permitirle moverse a gusto, tener
lugares tranquilos donde descansar y refugios seguros para permanecer
durante todo el invierno.
Antaño poblaban la mayor parte de las serranías españolas, aunque la
persecución del hombre y la falta de sitios tranquilos han hecho que hoy
día el único hábitat viable sean los grandes bosques caducifolios del
norte español: la Cordillera Cantábrica y los Pirineos. Por tanto se encuentran repartidos en tres núcleos poblacionales:
Núcleo pirenaico: tiene menos de 5 individuos.
Núcleo cantábrico oriental (Asturias, Castilla y León y Cantabria): acoge a unos 20 ejemplares.
Núcleo occidental (Galicia, Asturias y Castilla y León): es el más poblado, con unos 60 ejemplares.
Los últimos osos cantábricos viven en los bosques de hayas de Somiedo,
Degaña y Monasterio de Hermo o en las masas de roble y abedul de la
reserva de Fuentes Carrionas y el alto Pisuerga en la montaña palentina.
Como mencionamos antes, necesitan de muchos frutos. Su dieta es casi enteramente vegetariana
y de hecho su dentición posee para ello unos molares y premolares con
tallas más redondeadas y mayor superficie, mucho más apropiados para una
dieta de este tipo. No obstante, sus mandíbulas conserva la fortaleza
suficiente para abatir presas tan grandes como un ungulado de gran
tamaño.
Son muy difíciles de ver. Pero a veces se acercan a las aldeas asturianas si hay cerca panales, prados o sotos con bayas.
Suelen dormir en reducidos camastros sobre una pequeña depresión que
ellos mismos excavan en el suelo y a veces utilizan para dormir las
cuevas invernales o los huecos de los árboles.
Para el periodo invernal, ocupan cuevas abrigadas o huecos de viejos
robles. Y suele producirse entre los meses de enero a marzo.
Es un animal que raramente ataca, y cuando lo hace
es debido a que se sienten amenazados o cuando creen que sus crías
peligran. La mayoría de las veces son espectaculares, pero rara vez
culminan su ataque.
Reproducción:
Los osos son los animales vertebrados con menor natalidad del mundo.
Las hembras alcanzan la madurez sexual entre los 3 y 5 años. Entre una
camada y otra transcurren tres años, y cada camada consta de una a tres
crías.
Los osos son solitarios todo el año excepto en el período de celo que tiene lugar durante el verano.
Los osos pardos son animales polígamos,y durante la
época de celo, los machos amplían su territorio y se dedican a localizar
y controlar el estado reproductivo de las escasas hembras. Entonces,
varios machos pueden llegar a competir por una hembra, enzarzándose en
cruentos combates si las pautas de intimidación mostradas previamente no
surten efecto entre los oponentes.
La gestación dura de 8 a 10 semanas. Las crías nacen en enero y febrero, durante la hibernación de la madre.
Las crías nacen con un característico collar de pelo blanquecino que desaparece con el tiempo.
El desarrollo de los oseznos es rápido y abandonan la osera a finales
de la primavera. Estarán con su madre hasta los 18 o 22 meses de vida,
cuando ésta les abandonará. Pero los nuevos osos permanecerán juntos
durante más o menos un año.
El oso pardo ibérico en peligro de extinción
Habitante de bosques y roquedos, el oso
requiere lugares tranquilos y seguros donde vivir y reproducirse.
Estando su dieta basada principalmente en frutos y hierbas, la presencia
del oso pardo en un bosque es reflejo de la biodiversidad del mismo.
A
pesar de la imagen que se tiene del oso como un animal feroz y temible,
que ataca rebaños, colmenas e incluso al ser humano, este mamífero
omnívoro difícilmente supone una amenaza para los humanos, siempre y
cuando no se sienta en peligro.
Presencia del oso pardo en la Península Ibérica
Siglos
atrás, en aquellos tiempos en los que la naturaleza aún gozaba de un
buen estado de salud, los bosques de la Península Ibérica facilitaban el
hábitat y alimento para una gran variedad de especies del reino animal.
Entre ellas se encontraba el oso pardo, morador de una gran parte del
territorio peninsular.
En el momento en el que los ecosistemas
comenzaron a deteriorarse, en la mayoría de los casos por la acción del
ser humano, la población de osos pardos fue mermando considerablemente,
hasta encontrarse en los años 90 del pasado siglo XX al borde de la
extinción, habiendo sido catalogado por la Unión Mundial para la
Naturaleza, como una población “en peligro crítico”.
Situación actual del oso pardo en la Península Ibérica
En
la actualidad la cifra de osos pardos ronda los 200 ejemplares,
encontrándose estos en la Cordillera Cantábrica y los Pirineos.
La
Cordillera Cantábrica cuenta con una población de 170 osos, que se
localizan en dos áreas diferenciadas. La población osera occidental es
la más poblada con 140 ejemplares, mientras que en la población oriental
tan solo sobreviven 30.
Mientras tanto, la situación del oso
pardo en los Pirineos es de extrema gravedad ya que su población no
supera los 30 ejemplares cuando a principios del pasado siglo la cifra
era de 200.
En el año 2004 un disparo
causó la muerte de la última hembra superviviente de la especie
ibérica, y ese fatal desenlace conllevó la desaparición del oso pardo
ibérico en los Pirineos.
Para garantizar la supervivencia de la
especie, en las dos últimas décadas se han reintroducido en el
territorio diversos ejemplares de oso pardo provenientes de Eslovenia.
¿Qué necesita el oso pardo para sobrevivir?
El
primer problema al que se enfrenta el oso pardo ante su lucha por la
supervivencia en la Cordillera Cantábrica es la separación de los dos
núcleos de población osera. La distancia que los separa, unos 40-50 km.
no supone una dificultad para estos mamíferos acostumbrados a recorrer
grandes extensiones de territorio, sino que sus mayores amenazas son la
carretera nacional, la autopista y la vía de ferrocarril que separan una
zona de otra.
Aunque el oso pardo está protegido por la normativa
medioambiental, al estar catalogado como una especie en peligro de
extinción, las muertes producidas de forma no natural siguen siendo
motivo de denuncia por entidades animalistas como la Fundación Oso Pardo
o FAPAS.
Las
penas de cárcel o multas parecen no servir de escarmiento. Las muertes
por disparos o por trampas destinadas a cazar jabalíes o cérvidos siguen
produciéndose a pesar de la entrada en vigor de las leyes de protección
del oso pardo. En otros casos, son los atropellos los culpables de la
muerte de estos bellos animales.
Estos factores sumados a otros
como los incendios y la destrucción de masa forestal para satisfacer las
necesidades del ser humano han dejado a los osos pardos, así como a
otras tantas especies animales, al borde de la extinción.
Nosotros somos una parte de la Tierra
No cabe duda de que el ser humano es el mayor enemigo de la naturaleza, y de todo ser que habita en ella.
Quizás
el día en que todas las personas que viven en este planeta tomen
conciencia de que garantizar la supervivencia del medio ambiente y de
los animales que lo habitan supone también garantizar su propia
existencia se detendrá esta destrucción impasible que la naturaleza
viene sufriendo desde hace ya demasiado tiempo.
En el año 1855 el
gran jefe Seattle, dirigente del pueblo indio Duwamish, dirigió una
carta a Franklin Pierce, presidente de los Estados Unidos, en respuesta a
su propuesta de comprarles la tierra en la que esta tribu vivía. Dicho
mensaje resulta de una enorme sabiduría y denota un respeto y amor por
la naturaleza que hoy día se ha perdido.
Sus palabras invitan a la reflexión:
“Nosotros somos una parte de la Tierra, y ella es una parte de
nosotros”. “¿Qué es la vida si no se puede oír el grito solitario del
pájaro chotacabras, o el croar de las ranas en un lago al anochecer?”
http://www.osopedia.com/osos-peligro-extincion/
http://www.zonatrekking.com/el-oso-pardo-iberico-ursus-arctos-pyrenaicus/
http://docentes.leer.es/files/2010/04/eso1_cn_osopardo_estudiantes_martaguillaumes.pdf