Los Parques Nacionales se crearon para salvaguardar los paisajes mejor conservados. Se pretendió que las generaciones venideras pudiesen apreciarlos en todo su esplendor original. Nada como una idea romántica y personal para empezar a relacionarse con la Naturaleza, y nada más importante que descubrir caminos para posibilitar el disfrute de estos espacios.
En
las últimas décadas el interés por lo natural se ha multiplicado. Los
ciudadanos buscan una nueva relación con la Naturaleza. Esta afluencia
de público puede provocar impactos sobre los recursos naturales si no se
diseñan las oportunas medidas correctoras. El legislador ha
proporcionado un marco para proteger y divulgar los “mejores paisajes” y
los gestores tienen la responsabilidad de llevar a cabo las actuaciones
precisas para permitir disfrutarlos sin deterioro.
El
2002 fue el Año Internacional del Ecoturismo, cuya definición es “viaje
responsable a áreas naturales que conserva el medio ambiente y apoya el
bienestar de las comunidades locales”. El diseño y la puesta en
práctica de actividades y servicios de uso público con criterios de
calidad y con una capacidad de acogida acorde con las necesidades de
conservación, deben tener un carácter demostrativo.
Conocer
en profundidad lo que nos depara una visita a cualquiera de los Parques
Nacionales españoles, no es tarea sencilla. Una experiencia de esta
índole requiere, no sólo una importante dosis de implicación personal,
de fusión interesada con la Naturaleza, la ayuda, la colaboración de un
especialista que nos acoja, nos guíe, que desarrolle tareas relacionadas
con la información, la visita y el uso público. Quienes en los Parques
Nacionales realizan esta delicada e imprescindible tarea, son los guías e interpretadores.
Apasionados
por la Naturaleza, amantes del intercambio directo y fluido con los
visitantes de los Parques Nacionales, e ilusionados y meticulosos con su
trabajo, estas personas, constituyen uno de los pilares esenciales de
la estrategia de divulgación de los parajes que encierran lo más
emblemático y valioso de la geografía española.
Además
de dar a conocer a los visitantes las diversas singularidades que
encierra cada uno de estos espacios naturales dando a conocer los
valores naturales, históricos, etnográficos y paisajísticos, se encargan
de la realización de itinerarios interpretativos, marinos, etc.. Además
realizan otra labor esencial: proyectar hacia estos visitantes la
imagen de la dinámica de los mismos, integrada por la suma del esfuerzo,
generalmente anónimo, de numerosos profesionales de distintas
especialidades.
Para
todos ellos, su labor es fuente de gratísimas experiencias, aunque
también de algunas particularidades y dificultades ya que en algunos
casos, también se encuentran con personas desinteresadas por los valores
naturales, u otras que no entienden o no aceptan las limitaciones de
los parques (zonificación, vertido de basuras). Otras dificultades de
este trabajo son las condiciones meteorológicas o el transporte en caso
de emergencia, para algunos guías es necesario atravesar el mar para
llegar a su destino como en "Cabrera”, otros tienen que aprender a
montar a caballo, en el caso de "Ordesa", para recorrer valles, collados
y cumbres. Otros deben concienciar a la gente de lo importante que es
crear espacios protegidos y llegar con el mensaje a muchos grupos
diversos: escolares, fundamentalmente, aunque también grupos de personas
con problemas de reinserción laboral, con discapacitados, especialmente
los que padecen deficiencias auditivas, utilizando en este caso la
Lengua de Signos.